02 Abr WINTER IS COMING… para los consumidores
Los consumidores están de mala suerte…
Tras 10 años de justa felicidad para ellos, en los que han gozado de una protección de sus Derechos inusitada hasta entonces en nuestro país (desde 1993 Europa obligaba), se viene notando en los últimos años que “Winter is coming”.
Comenzó entonces, en aquel año 1993, una época de bonanza para los consumidores (algunos sin recurso económico alguno y con varias tarjetas y microcréditos!!!! 😯😯 !!…), los cuales podían, por primera vez, contratar un abogado “de verdad” para reclamar la devolución de cantidades que les cobraban de manera ilegal y, en virtud de cláusulas abusivas varias, las entidades prestamistas.
Al condenarse a estas entidades a abonar los honorarios de los profesionales que defendían a los consumidores, y en función de una cuantía indeterminada, los abogados y procuradores que les defendíamos (a muerte; ósea, hasta la ejecución y más allá) podíamos vernos resarcidos del trabajo que habíamos venido realizando durante años (dos de media), y por el que no habíamos cobrado ni un duro.
Se nota desde hace un par de años una tendencia, tanto por parte de Juzgados y Tribunales como de Colegios de Abogados que, al menos a mí, nos regulan las minutas a pesar de haber sido estrictamente calculadas de acuerdo con sus propios baremos de honorarios; y, por supuesto, de instancias administrativas (Defensor del Pueblo, incluido) de atacar a los profesionales que defendemos a los consumidores, como si nosotros fuésemos el problema, y alegando que nos estamos forrando con los llamados PLEITOS EN MASA… Como si al cliente le importara lo más mínimo que al prestamista que le ha cobrado un 2.000 % TAE por su crédito le hayan demandado muchas o pocas veces…
Se contempla la situación desde el punto de vista del que comete un abuso contra los consumidores, no?
Tras la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil operada por el RDL 6/2023, de 19 de diciembre, los letrados que nos dedicamos a la defensa de los Derechos de los consumidores no podremos asumir este tipo de asuntos: ¿Cuánto le voy a cobrar a un pobre hombre al que, aun ganando, le van a reducir su deuda pero tiene que pagar una cantidad al prestamista?. Y ¿Cuántos despachos podemos permitirnos llevar asuntos pro bono?.
En breve, ninguno.
Pue eso: que los consumidores serán, en última instancia, los máximos perjudicados. Veremos cuánto dura este Invierno…
Natalia Otero Fernández
Socia Fundadora y CEO en Formula legal Abogados
Abogada – Economista y Administradora Concursal
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